miércoles, 11 de agosto de 2010

Algo que escribi

Bueno si frecuentan un poco el blog se darán cuenta de muchos cambios, para empezar hay una nueva entrada, cambie el diseño ya que ahora la página te permite personalizar más los diseños del blog lo cual me da mucha más libertad, y aun así siento que ha quedado algo simple, pero bueno; elimine y agregue unas cosas pero nada importante solo cosas que ya no valia la pena tener; hace mucho quite la música del blog porque supongo que era molesto entrar a la página y escuchar música de otra persona, así que considere que no era necesaria. Sobre todo lo demás el blog sigue igual solo con esos cambios, y hoy tengo ganas de escribir, solo espero que se me ocurra algo interesante de qué hablar.

Últimamente he tratado de cuidar más mi ortografía, de tal manera que cada vez es menos lo que necesito el corrector de Word, sin embargo sigo utilizándolo, por respeto a los lectores que se fijan en eso, siento que es algo muy importante.

Y por último, me acabo de dar cuenta de que he llegado a 15 mil visitas, así que no puedo más que agradecerles por seguir visitando el blog, escribir me ayuda mucho pero saber que les gusta me ayuda también.

Y últimamente he recibido la visita de una lectora que se dedicó a leer todo mi blog, o por lo menos la mayoría de mis entradas, quiero agradecerle a Lectora Divertida, sea quien sea, por haberse tomado el tiempo de comentar las entradas; supongo que algunos habrán hecho lo mismo pero ella se dedicó también a comentar todas las entradas.

Ahora ya, suficiente de cosas que realmente no les interesa, como dije antes no tengo nada seguro de que escribir, como siempre así que supongo que algo saldrá con el tiempo.

Volví a la escuela, como muchos de ustedes supongo, algunos puede que sea su primer año en otro nivel educativo, otros puede que sea su ultimo, otros incluso pueden ya no estar en la escuela, pero bueno la vida sigue y realmente no se detiene fácilmente, o mejor dicho, no se detiene.

Bueno, creo que publicare una parte de algo que estoy escribiendo, espero les guste:

El sonido de la tele era lo único que se oía en la habitación. Era invierno, uno de los más fríos y nevados desde que me había cambiado a esa ciudad, algo raro por esos lugares en los cuales no eran comunes esas temperaturas. ¿Consecuencia del calentamiento global? Ni idea, pero creí que la principal consecuencia es que todo sería más caliente, pero probablemente algo se habría movido en el equilibrio del planeta y habría originado ese cambio climático. ¡Yo que sé!, el termómetro indicaba diez grados bajo cero, y afuera la nieve inundaba la ciudad.

Era una tarde de enero, no había mucho que hacer; el trabajo se tomaba sus vacaciones al igual que yo; la empresa del cine parecía estar invernando por esas fechas, los estrenos del año ya se habían producido y se empezaban a buscar los guiones para las películas del verano, por lo tanto no había trabajo para un editor de post producción; aunque de vez en cuando se aparecían ocho o nueve películas que editar durante el resto del año. Generalmente mis fechas fuertes de trabajo eran junio y diciembre donde más que nunca tenía que trabajar con varios proyectos al mismo tiempo para poder terminar con lo que la productora me pedía. Pero, todo por ver mi nombre en los créditos.

Cambiaba de canal sin mucho interés por lo que se veía en la tele, la verdad es que no tenía planeado nada para ese día y esperaba encontrarme con alguna buena película en la tele, o una serie que nunca me haya dado cuenta de que existía y descubriera en ella un escape de la realidad.

Estaba acostado en el sillón que estaba en el centro de mi sala, bueno si es que a eso se le podía llamar sala; aparte del sillón una mesa de vidrio estaba enfrente donde había una lata de refresco vacía, y pegado a la pared la caja que tanto tiempo me había quitado, o como algunos prefieren llamarle Televisión.

Mi depa de soltero era sin lugar a dudas eso que soñé cuando era chico. No era muy grande, una habitación, un baño, una “cocina” y una estancia. La había decorado con un estilo minimalista, algo muy común pero le había dado mi toque especial al darle un ambiente retro de los 60’s. Bueno, según yo.

Batalle mucho en encontrar un lugar como ese, en los últimos 2 años que tenía viviendo en la ciudad había estado en 3 edificios diferentes, y por fin había encontrado un lugar donde había permanecido más de 6 meses sin ningún incidente. Esta vez estaba en el 6 piso de un edificio de 15 plantas. Yo era el vecino número 6, el más nuevo en la estructura y aquel que su nombre aún no estaba grabado en el intercomunicador de la planta baja. Si llegabas a aquel lugar buscando a alguien verías un intercomunicador con 15 botones, 14 de ellos con un nombre grabado en metal que le daba un estilo muy elegante; sin embargo el botón numero 6 dictaba “Rafael Coronel” en un papel escrito a mano por el dueño de los departamentos. Ni mi nombre completo había podido escribir el hombre.

-Rafael Arturo Coronel Reyes- le dije señalando el papel en el que solo había escrito Rafael Coronel.

-No te preocupes muchacho-me dijo dejando la pluma a un lado el día en que el contrato se había hecho oficial y ya era parte de la comunidad que vivía en esos departamentos.- Cuando vienen a buscar a alguien saben por quién vienen, no andan por aquí buscando a ver a quien se encuentran. Además no creo que haya muchos Rafaeles en este edificio, eres el único que ha vivido por aquí.

Decidí dejar las cosas así, no tenía caso pelear por algo en lo que estaba vencido. El dueño del edificio era un hombre chaparro, con bigote y algo calvo, el típico casero que todos debemos tener alguna vez en nuestras vidas. Era muy responsable, eso sí, pero su carácter era un poco fuerte en cuestión de contradecirlo, y en esos momentos lo único que quería hacer era descansar.

La mudanza me llevo un buen tiempo, aunque por suerte muchas de mis cosas estaban ya empacadas, la última mudanza no había tenido muchos meses de diferencia a esta, y aun no terminaba de desempacar todo cuando otra vez tuve que cambiar de edificio.

Pero de eso ya había pasado mucho tiempo y muchas cosas. Ya no había nada empacado y por fin, después de tantos meses, me pude declarar oficialmente mudado en mi nuevo departamento, y me volví por fin libre de todas preocupaciones con respecto a buscar una nueva casa, hasta donde yo sabía, ese sería mi hogar por un buen periodo de tiempo.

Seguí buscando algo en la televisión, siendo sinceros nunca fui muy fanático de ella; mi tiempo lo pasaba tratando de distraerme en otras cosas, mujeres, libros, música. Realmente la tele no tenía mucho para ofrecerme, por eso no me agradaba mucho desperdiciar mi día en ella. Y ese día había reafirmado mis suposiciones, no había nada que ver, la mejor prueba de eso eran las diez vueltas que le había dado ya a toda la programación que el cable me permitía, en donde no había encontrado nada interesante para ver.

Deje el tiempo pasar, lo único que quería era que algo interesante surgiera, pero los últimos días me habían enseñado que esas cosas no pasan tan de repente en la vida real, y que son situaciones que solo se ven en las películas y series de televisión.

Mire el reloj que estaba colgado en la pared de la cocina; las agujas señalaban 3:24. Faltaba tanto para que se acabara el día que me estresaba, tendría que encontrar algo que hacer para matar el tiempo.

Me levante de mi lugar un poco entumecido, estar en la misma posición por más de una hora puede ser un problema para el sistema motriz. Estire un poco los brazos y las piernas y me levante para buscar el teléfono.