martes, 4 de diciembre de 2012

Rayo de luz


NOTA: Para mejorar la experiencia darle play al video de youtube al fondo. Música de David Ummmo de la aplicación OmmWriter

Miró el horizonte; sólo era eso, una línea recta, como todas las demás, en realidad no tenía mucha diferencia a lo que había visto durante toda su vida.

-¿Esto es?-dijo sin despegar la mirada del mar que se extendía en línea recta.

-¿Qué esperabas?

-No se, algo más especial; sentirme en el fin del mundo.

-Estas en el fin del mundo.

-¿Estoy?

-Claro, ¿por que crees que tardaste tanto en llegar?

-Significa que estoy…

-¿Muerto? ¿Te da miedo decirlo?

-No, sólo sorpresa.

-Nunca he entendido porque siempre se sorprenden, es algo que todos saben que iba a llegar.

-¿Se sorprenden? ¿Quieres decir que hay más?

-¡Claro que hay más! No te creas único; pero debo de aceptar que te lo has tomado muy bien, hay personas que no se hacen a la idea.

-Supongo que es porque siempre lo ves como algo lejano, algo que nunca va a suceder.

-Lo sé, pero hay algunos que lo aceptan, y que incluso sonríen.

-Yo no llegue a eso.

-Y muy pocos lo hacen. Un día llego un anciano,  no el más viejo que he visto pero sus ojos brillaban de una manera muy diferente a los demás.

-¿Cómo?

-Era un brillo de paz, como si ya todo estuviera hecho, como si supiera que hizo todo lo posible para terminar su vida de una manera correcta, como si ya nada pudiera asustarlo porque había logrado lo que más quería. Muchas personas dejan algo pendiente, piden otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero no entienden que esto no es de oportunidades, no es un juego de video donde puedes repetir las cosas si te salen mal. Si estas aquí es que ya no hay marcha atrás.

-Yo, deje algunas cosas pendientes.

-A veces son cosas muy importantes, como decirle la verdad a alguien, dar un mensaje, terminar un proyecto. Otras veces son cosas sin sentido, como sacar a pasear al perro, darle de comer a los peces, terminar de leer un libro. Te pueden sorprender las cosas en las que algunos piensan cuando llegan a este momento.

-Es un momento de reflexión. ¿Quién escogió este paisaje?

-No lo se, alguien, supongo.

-Se parece a algo que yo he visto.

-Claro, es un lugar genérico, costa, playa, mar. Es un lugar fácil de ver en sueños, en pinturas, en cualquier parte. La gente relaciona la costa con la paz, creo que algo habrá tenido que ver en la elección del lugar.

-Sí, en realidad te ayuda a pensar. ¿Y la música de fondo?

-Esa es nueva, a mi parecer esta de más, pero ayuda a que las cosas sean más melancólicas.

-Es tranquilizante.

-Bueno, como te he dicho, hay gente que no se toma muy bien esto. En algunos otros sitios dicen que duran mucho tiempo en aceptarlo.

-¿Otros sitios? ¿Quieres decir que hay más?

-Por supuesto, ¿crees que con esta simple playa daríamos abasto a todos?

-Tienes razón. ¿Son igual a aquí?

-No lo se, no he visitado ninguno de ellos.

-Entonces ¿cómo sabes que hay más?

-Simplemente lo sé. Las reglas de donde vienes no son las mismas que este lugar.

-Había escuchado algo parecido en algún libro o clase de filosofía.

-No es filosofía, simplemente es sentido común.

-¿Hay algo después?

-¿Después de que?

-De esto, de la muerte, de este lugar.

-No soy el indicado para responder esa pregunta.

-¿Y quién lo es?

-Ya veras.

-¿Dios?

-No

-¿Existe?

-¿Quién?

-Dios.

-¿Por qué siempre hacen esa pregunta? Si existe o no ustedes lo descubrirán, no tienen porque pensar esas cosas antes de seguir su camino. En el momento justo tendrán la respuesta a su pregunta. Ustedes deben de aprender a tener sus vidas de una manera que la disfruten pero que nunca deje de ser pacifica tratando de convivir con la sociedad. Si existe o no un dios ya lo sabrán después.

-Creo que tienes razón.

-No siempre la tengo.

-¿Qué quieres decir?

-La gente cree que cuando lleguen a este punto obtendrán todas las respuestas, y piensan que yo se las daré. Pero esto es nada más un estado transitorio, todo lo es. Los sueños, los recuerdos, la vida. Todo esta en constante cambio, las cosas nunca se mantienen de la misma manera, y esto es lo mismo; cambia, ahora es algo pero después puede ser otra cosa.

-Entiendo. ¿Quién eres? ¿Eres un ángel?

-Tal vez. No me gustan los nombres, ni las etiquetas, me han llamado de tantas maneras, pero es lo de menos quien o que sea. Lo importante es que estas aquí.

-Cierto.

-Espero que tengas un buen viaje.

-¿Viaje? ¿A donde? ¿Hola? ¿A donde fuiste?

El horizonte azul lentamente obscureció, la arena desapareció debajo de sus pies, y por un momento quedo suspendido en la obscuridad sin poder moverse. Y entonces vio el rayo de luz.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

Maldita lluvia


Mientras veía por la ventana la lluvia seguía cayendo. Era el quinto día que pasaba y para él no había nada más desesperante en el mundo.

Detestaba la manera en la que el cielo dejaba caer aquellas gotas, como se embarraban en cualquier superficie que estuviera a su alcance y como todas en conjunto portaban ese poder de arruinar las cosas.

No fue un trauma de su infancia, ni una mala experiencia, simplemente desde chico detestaba la lluvia. Mientras otros niños salían a empaparse y jugar en los charcos él se encerraba a llorar en su cuarto. No había nada de felicidad en la lluvia, simplemente era agua fría que hacía que las cosas se detuvieran, que te impedía disfrutar de un día tranquilo; de la que te tenías que estar cuidando día con día porque cuando menos te lo esperabas podía empezar a caer y arruinarte cualquier cosa que se mojara.

Para su suerte había vivido toda su vida en un desierto por lo que no era muy común que lloviera. Su infancia la paso en una ciudad seca, donde era raro que lloviera. 

Era tanto su odio por la lluvia que cuando anunciaban sequía el festejaba porque eso significaba menos encuentros con su cruel enemigo.

Pero las cosas nunca son perfectas, y al graduarse el único trabajo que encontró fue en el estado con el promedio de días lluviosos al año más alto del país. 
Por un momento pensó en rechazar la oferta, pero la paga era muy buena y era un puesto muy alto que tardaría años en volver a conseguir, por lo que tuvo que acceder.

Y ahora llevaba cinco días seguidos de lluvia. Cinco días en los que se había reportado enfermo en el trabajo para no tener que manejar por las calles llenas de agua, prender el molesto limpia parabrisas que nunca estaba a la velocidad correcta, con el lodo en los tapetes del carro, con los grandes charcos cerca de las banquetas.

Desde que empezó la lluvia prendía la tele en el canal del clima para ver cuanto más podía durar, pero siempre se decepcionaba cuando escuchaba que el presentador decía que los días de lluvia se extenderían por un tiempo mínimo de una semana más. 

No podía faltar tanto tiempo al trabajo, cinco días de ausencia era suficiente para que corrieran a alguien, tenía que presentarse en el trabajo.

Volvió a ver la ventana, las gotas chocaban constantemente con el cristal para después caer y dejar una estela de su irregular camino.

El reloj marcaba las 6:07 a.m. lo que significaba que tenía que estar en una hora y media en su trabajo, listo para empezar con su jornada laboral y dispuesto a enmendar esos cinco días de ausencia.

Fue a su armario pero era inútil; no tenía ropa que quisiera que se mojara, nada parecía lo suficiente malo como para dejarlo al expuesto de esas gotas.

Se volvió a tirar a la cama ¿por qué se había ido a trabajar a esa ciudad? Llevaba apenas tres meses ahí y ya la detestaba; o por lo menos su clima.

El ruido incesante de la lluvia lo hizo levantarse una vez más. Por lo menos en el trabajo no tendría que escuchar la lluvia golpeando en el techo, lo cual ya era ganancia.

Se cambió y se puso la ropa que menos usaba así no le dolería si quedaba empapada por la lluvia. Abrió el armario cerca de la puerta, que era donde guardaba sus paraguas. En cuanto llego a esa ciudad se compro seis paraguas diferentes para evitar la lluvia en caso de que tuviera que salir; los seis estaban todavía con su empaque original. Agarró el más grande de todos, entre más grande menos se mojaría. Tomó las llaves de su carro, suspiró y abrió la puerta.
Afuera la ciudad era un caos. Por la calle corría un río de agua sucia que tapaba una parte de las llantas de los carros. Las casas tiraban chorros de agua sucia por cualquier bajada que tuvieran y toda la tierra era ahora lodo.

Antes de salir de su casa abrió el paraguas, para él no era de mala suerte, era su salvación a la mayor maldición de la naturaleza.

Salió y pudo sentir como las primeras gotas tocaban la superficie de su paraguas para luego resbalar y caer en frente de él pero sin tocarlo. Caminaba despacio, para que ni por error lo tocara alguna de esas gotas. El carro estaba cerca, sólo tenía que llegar al final de la acera abrir la puerta del copiloto y pasar del otro lado para así no tener que caminar por el arroyo en que se había convertido su calle.

Siguió caminando y batallo para poder subir al asiento del copiloto pero lo había logrado, ni una sola gota lo había tocado y estaba a salvo en ese lugar seco y seguro que era su carro. 

El camino al trabajo sólo le hizo odiar más la lluvia, varias calles estaban cerradas por la inundación, algunos postes de luz se habían caído; en la radio decían que era la primera vez en muchos años que llovía cinco días seguidos y que era una bendición. ¿Como podía eso ser una bendición? Sólo atrasaba las cosas, causaba destrozos y no traía nada bueno. ¿Por que tenía que llover en las ciudades? Habiendo tanto terreno donde no vive ni un alma donde pueda llover, tiene que caer el agua justo donde él esta.

El transcurso se la paso ajustando la velocidad del limpia parabrisas, quería que fuera exacto el momento en el que pasaba y quitaba las gotas para que no fuera tanto el acumulamiento pero tampoco que se hiciera ese desagradable sonido de la goma raspando el cristal seco.

El aire acondicionado de su carro estaba descompuesto, hacía mucho calor, pero prefirió sufrir del sofocamiento del carro antes que bajar su ventana y dejar que el agua entrara por ella, o peor aún que un carro lo salpicara.

Se hacían 40 minutos de su casa al trabajo, pero por la lluvia se habían convertido en más de una hora. Lo que significaba que no sólo iba a faltar una semana a trabajar si no que el día en el que se le ocurría ir a trabajar llegaría tarde, lo que definitivamente significaba irresponsabilidad, y podía significar perder su trabajo.

Cuando llego al edificio donde estaba su oficina se sorprendió que no había muchos carros. Se pasó al asiento del copiloto y después abrió poco su paraguas, para facilitar las cosas al momento de bajarse del carro; abrió poco la puerta para ver si no había algún charco que pudiera salpicarlo y bajo cuidadosamente del carro tapandose con el paraguas.

Caminó lentamente hacía la puerta del edificio y se seco minuciosamente los zapatos para no dejar sus huellas pintadas por todo el edificio.

-Señor lo siento pero nadie puede entrar al edificio.-le dijo el guardia cuando lo vio entrar.

-Trabajo en la Secretaria de Desarrollo en el quinto piso, aquí esta mi credencial-le dijo Daniel mientras abría su maletín.

-Creo que no entiende señor. El edificio esta fuera de funcionamiento, hace cuatro días cayó un rayo que daño toda la red eléctrica del edificio y todas las oficinas están fuera de funcionamiento.

-¿Quiere decir que…

-Sí, la lluvia les ha dado unas vacaciones no programadas a todos.

Eso significaba que sólo había faltado un día al trabajo. No se tenía que preocupar por que lo tacharan de irresponsable, o que peligrara algún proyecto futuro.

-Muchas gracias-dijo él con una sonrisa en la cara.

Se dirigió a la puerta feliz pero una vez más se encontró con ese su enemigo, la lluvia. Abrió el paraguas antes de salir.

-¡Señor eso es de mala suerte!-le grito el guardia.

No le hizo caso, no era el primero ni sería el último que le diría eso, abrió la puerta y camino lento para llegar a su carro sin mojarse.

El camino de regreso fue más tranquilo, estaba feliz por no haber sido el irresponsable de la oficina, pero la lluvia seguía acozandolo, tendría que vivir con eso hasta que volviera a trabajar.

Llego a su casa y repitió el ritual para bajarse, pasandose al asiento del copiloto, abriendo poco el paraguas y bajandose lentamente para no salpicarse. Cuido minuciosamente cada uno de sus pasos para no mojarse de ninguna manera.

Pero estaba tan concentrado en sus pasos que se olvido por completo de todo lo que lo rodeaba, y eso incluía la camioneta que en ese momento estaba bajando el arroyo que era su calle a toda velocidad.

Cuando paso enfrente de la casa la camioneta no bajo su velocidad, lo que significaba que toda el agua que estaba en la calle se salpico a la banqueta.

Daniel sintió en ese instante el agua y soltó un grito de dolor. Como si alguien le hubiera disparado. Estaba empapado, su saco, su corbata, su camisa, su celular, su maletín, todo lo que llevaba, podía hasta sentir el agua en los dedos de sus pies.

Volteó a ver la puerta de la casa, estaba tan cerca, sólo unos pasos más y podría haber llegado seco, sin que ni una sola gota de agua lo mojara.

-¡Maldita lluvia!-gritó al cielo.

Después de eso aventó el paraguas al suelo, ya no importaba si se mojaba más o no.

martes, 3 de julio de 2012

Tengo miedo

Con el 94% de las casillas computadas la victoria de Enrique Peña Nieto es casi definitiva. Después de echar mil corajes, haberme enojado, insultar a mi país, decepcionarme y por último aceptarlo; comencé a sentir un poco de miedo.

No por el pasado político opresor del partido que regresa al poder; ni por el tipo de personas que rodean al candidato; mucho menos por su conexión con el narco. Mi miedo fue porque el candidato entra a un país donde millones de mexicanos no lo quieren. Un país donde incluso antes de ser electo en 16 ciudades del país miles de mexicanos se organizaron para hacer una marcha sólo para mostrar su rechazo al candidato.

¿Cuál es el peligro? El movimiento #YoSoy132 es un movimiento pacifista y apartidista. Claro, yo no digo que no, pero mi pregunta es ¿cuanto más va a aguantar el pueblo de México? Las cosas son muy distintas a como eran los 70 años que el PRI gobernó el país. La censura mediatica hoy en día es un tema casi imposible, y las redes sociales juegan un papel de suma importancia para la gente que no quiere quedarse callada.

Apenas van dos días de que se dieran los resultados y ya circulan por la red miles de imagenes, algunas reales y otras falsas, que muestran la inconformidad de las personas. Ya no hay que pensar en si hubo fraude, en si el ganador fue otro candidato, o en cualquiera de esas cosas; ahora hay que pensar ¿qué sigue? ¿a que están dispuestas las personas que conforman los movimientos sociales?

En caso de que las cosas sigan como están y Enrique Peña Nieto porte la banda presidencial el 1 de Diciembre el Partido Revolucionario Institucional debe de andarse con mucho cuidado porque la gente estará más al pendiente que nunca de cualquier movimiento que haga. El PRI tiene que jugar con cuidado sus cartas, porque cualquier error que cometan puede convertir el país en una fiera indomable.

Tengo miedo, porque he visto lo que sucedió en Egipto, en Libya, en Siria; y no quiero lo mismo para mi país, pero uno nunca sabe de lo que es capaz un pueblo cuando esta enojado. Tal vez muchas de las cosas que se ven en la red sólo sean palabras y en realidad la gente no este dispuesta a dar su vida por un ideal, tal vez el movimiento simplemente sea pacifista, pero ¿y si no?

Las cosas pintan muy difíciles para el nuevo gobierno; entran a un país donde gente de todas las clases sociales repudian a su nuevo presidente, un país que no esta dispuesto a aceptar los resultados de las elecciones del 1 de Julio, un país capaz de todo con tal de terminar con un cancer que prometio cambiar.

Pero existe el otro lado de la moneda ¿Y si el PRI cambió? ¿Qué tal si Enrique Peña Nieto resulta ser un buen presidente? Sé que es inevitable reirse de uno mismo cuando se tienen estas ideas, pero no se pueden descartar; y dentro de mi si el resultado es definitivo y el candidato del PRI se convierte en el nuevo presidente, espero que esto sea lo que suceda. Y no porque crea en el partido, todo lo contrario, pero simplemente porque quiero que mi país progrese, no quiero volver al pasado y retroceder las cosas buenas que se han hecho, y no quiero regresar a la opresión que no viví pero que tanto me cuentan que existía.

Tengo miedo de lo que pueda pasar, incertidumbre de vivir en un país resentido que ya no piensa soportar una más y que en estos momentos esta tan iracundo que es capaz de cualquier cosa. Un simple error del gobierno puede causar un efecto domino que acabaría con la paz del país; hace 102 años comenzó la época conocida como la revolución mexicana ¿y si ahora estamos al pie de otra igual?

domingo, 20 de mayo de 2012

Significa lo mismo


Se acercó a él y lo miro.

-Hablo en serio.

-¿Qué quieres decir?-dijo él un poco confundido.

-Sabes lo que quiero decir, me gustas y no puedes hacer nada para cambiarlo.

Se movió un poco incomodo, le encantaba hablar con ella pero ese no era un tema de conversación que quisiera tocar del todo.

-Mariana por favor, no hay que hablar de eso.

-¿Por qué no? Es un tema que deberíamos de discutir seriamente.

-¿Para qué? Todo esto, es…

-No lo digas.- dijo ella con una mirada desafiante. El desvió la mirada y siguió hablando.

-Bueno entonces, como te decía. Cuando prendí la tele el programa ya se había acabado, entonces mi papá agarró el control y cuando le cambió…

Ella se levanto y caminó hacía la puerta.

-¿A dónde vas?

-Cállate.-dijo sin voltearlo a ver y saliendo del cuarto.

Él escuchó como azotaba la puerta y luego la habitación se inundo de silencio.

¿Por qué se enojaba? Eran amigos, no tenía por qué enojarse, ni siquiera había pasado nada entre ellos, ni un beso, ni una agarrada de la mano, nada. Se levantó para mirar por la ventana a ver si alcanzaba a verla pero había desaparecido.

Ni siquiera se había llevado sus cosas, su bolsa y su celular seguían ahí, lo que significaba que en algún momento tenía que regresar por ellos, entonces podría seguir hablando con ella.

Pasaron cuatro horas para que ese momento llegara.

Cuando Mariana abrió la puerta lo miró.

-Uhmmm, sigues aquí.-dijo sin poder evitar mostrar su desprecio.

-¿Cuál es tu problema?-le dijo desesperado.

-Ninguno, sólo se me olvidaron mis cosas aquí, pero pensaba regresar cuando no estuvieras.

-Bueno pues aquí estoy.

-Sí, ya me di cuenta. Lamentablemente.

-Ahora resulta que me odias.

-No te odio, sólo me eres indiferente, no es lo mismo pero se parecen.

-Hace cuatro horas te gustaba.

-Sí, hace cuatro horas.

-¡Vamos! No puedes cambiar de opinión tan rápido Mariana.

-Sí puedo, soy mujer, la naturaleza me ha concedido ese derecho.

El la miró con cierta confusión, ella se limitó a sonreír y a recoger sus cosas.

-Bueno si me disculpas, tengo cosas importantes que hacer.

-No es cierto.

-Tienes razón, pero se me hizo muy descortés decirte que ya no quería estar aquí.

-¿Por qué haces esto?

-¡Que no estoy haciendo nada! Deja de insistir Alejandro, sólo vas a hacer que me moleste más.

Él se levantó para acercarse a ella, pero ella empezó a caminar a la puerta.

-Igual no es tan importante, no te sientas tan especial, no eres el primero ni el último al que le digo eso, sólo quería tomar el primer paso yo, ya que tú nunca te atreverías a hacerlo. Pero ya entendí que no era eso, simplemente era que no te llamo tanto la atención.

-Ahora resulta que sabes hasta lo que pienso.

Ella se rio, antes de abrir la puerta se volteó.

-No, y no puedo decir que te conozco lo suficiente, pero tengo como que ese sexto sentido, eso también me lo dieron por ser mujer.

-Esta bien Mariana, tal vez si me gustas, pero me da hueva todo eso de gustarse, salir, esas cosas. Esta padre eso de ser amigos, ¿por qué complicar las cosas?

-Nadie esta complicando nada. –Dijo ella sosteniendo la puerta.-  Bueno tu sí, porque sigues insistiendo con el tema a pesar de que te dije que lo olvidaras.

-Ya pues, tienes razón, si te vas a ir ya vete, antes de que diga otra pendejada.

-Muy bien.

Cerró la puerta tras de ella y después se oyeron sus pasos resonar en el pasillo, hasta que el eco se volvió inaudible y una vez más el silencio se apoderó de la habitación.

Y se había quedado solo. Una vez más, a pesar de que esta vez se había jurado no dejar ir a la persona, y que daría todo por que las cosas no terminaran como siempre. Pero al parecer no podía, las cosas simplemente no funcionaban así en su vida, él simplemente esperaba que todo fuera manejado por alguna fuerza externa, como si las cosas se dieran a su favor y él no tuviera que hacer nada, sólo disfrutar de lo que le daba la vida.

Le hubiera gustado estar con ella. Tal vez las cosas no hubieran sido como la película de su vida que se había imaginado, pero estaría con una persona con la que podía pasar el tiempo sin importar de que hablaban. Se sentía extraño con el simple hecho de imaginarse abrazándola o besándola, era algo que no podía concebir, nunca había pensado en ella de esa manera, pero en ese momento parecía una muy buena idea.

Lamentaba que el tiempo no le alcanzara ¿De qué servía luchar por alguien si realmente no se tenía la intención de estar con esa persona por mucho tiempo? Lo que él buscaba era una relación de verdad, algo duradero, no algo de sólo tres meses y ya. Pero no tenía tiempo, sus planes a mediano plazo habían hecho que su vida se dividiera en periodos de un año en diferentes partes, por lo que no podía estar atado a una persona en alguna de ellas, porque eso podía hacerlo cambiar de opinión y dejar lo que ya había planeado tan bien.

Miró la puerta, tal vez por ella valía la pena sacrificar un poco esas cosas, tal vez ese era el momento en el que él tenía que tomar la decisión importante y hacer algo para cambiar las cosas, omitir esa fuerza externa y…no, no tenía caso.

Se tiró en el sillón y cerró los ojos, tenía que olvidarlo, simplemente fingir que nada de eso había pasado.

No supo cuanto tiempo duro con los ojos cerrados en ese sillón, pero si recuerda cuando se abrió la puerta, y sin abrir los ojos escucho.

-No ibas a venir corriendo detrás de mi ¿verdad?

-Lo iba a hacer.

-Sí, pero fui yo la que tuvo que regresar.

-Si regresaste fue porque entonces si te gusto.

-Y si tu no te fuiste entonces significa lo mismo.

lunes, 26 de marzo de 2012

Un día muy diferente


Terminó de redactar la historia después de una noche completa de trabajo.

Soltó el lápiz y lo dejo a un lado del cuaderno. Prefería escribir sus historias de la manera antigua. Para él tenía más significado una historia escrita con la propia mano; tenía la idea de que el formato digital solo hacia perder el verdadero sentimiento que se tiene cuando se escribe una historia. A la que le das tu propio pulso con el lápiz, y con el que puedes imprimir las emociones que tienes en el papel.

Era una historia corta, no eran mas de 10 paginas pero para el tenían un significado especial. Siempre había admirado  a las personas que escribían, y se lamentaba de que el no tuviera esa habilidad, sin embargo lo intentaba de vez en cuando. Siempre dejaba las historias a medias, muchas veces ni siquiera podía empezar a escribir porque se distraía o se desesperaba cuando no le llegaba ninguna buena historia a la cabeza.

Releyó las páginas. Sentía cierta emoción cuando se daba cuenta de que había podido plasmar sus ideas de tal manera que cualquier persona pudiera entenderlas y sentirlas.

De repente un miedo intenso se apodero de él. Si alguien llegaba a leer eso se enteraría de sus sentimientos. En ese momento la idea de hacer eso público lo hizo apenarse. Se puso rojo mientras veía las letras escritas con lápiz. Se imagino a su padre leyendo la historia y reprobando sus sentimientos, a su mejor amigo burlándose de lo que había escrito, y peor aun, a ella riéndose de las cosas que estaban en ese papel.

Pensó en destruirlo. ¿Cómo podía haber gente que publicara esas cosas sin que le importara lo que pensaran de ellos? Se molestó consigo mismo por haber pensado si quiera en la idea de hacer eso público. Tenia que destruirlo. Pero, ¿cómo destruiría su única historia completa escrita? No podía hacer una cosa como esa, tal vez seria mejor esconderlo en alguna parte donde supiera que nadie lo leería.

Empezó a caminar por su habitación con las hojas en la mano, pensando cual seria el mejor lugar para guardar ese que seria su mayor secreto. Tendría que ser un lugar inteligente, algo donde pudiera guardar otras historias si en algún momento se volvía a inspirar como esa noche.

Miro los cajones de su cuarto, su cama. Todos esos lugares eran tan típicos que cualquier persona los encontraría. De igual manera sentía que ningún lugar sería lo suficientemente bueno como para esconder ese secreto. Sentía que las hojas que tenía en la mano podrían ser descubiertas en cualquier momento por alguien, era como si sólo por ser un secreto las posibilidades de que lo encontraran aumentarán.

Entonces se le ocurrió la idea. Debía d esconderlo entre más papeles, para que pareciera algo sin importancia. Pero entonces una pequeña idea lo hizo cambiar de opinión ¿Y qué si su madre algún día limpiando su cuarto se encontraba con los papeles y decidía tirarlos?  No, esa no era la solución.

Miró su computadora. Quizás si lograba escribirlo y convertirlo a un formato digital sería más sencillo ocultarlo, de esa manera podría guardarlo en la carpeta más escondida de su computadora y tendría acceso a él cuantas veces quisiera.

Se sentó rápidamente y escribió cada palabra justo como la había escrito en el papel. No quería pasarlo a la computadora pero al parecer era la única forma de esconder por completo aquella historia que guardaba su mayor secreto. Lo escribiría todo, lo guardaría en su computadora y después podría destruir aquellas hojas.

Después de una hora de trabajo logró redactar su historia en la computadora, y hasta aprovechó el momento para hacerle unas cuantas modificaciones que mejoraban la historia.

Vio con orgullo las 3, 756 palabras que conformaban su historia, ahora en la computadora eran menos páginas que las que había escrito a mano, pero seguía siendo algo muy aceptable.

Releyó la historia, a fin de cuentas no era tan mala, y era su mejor trabajo, de hecho era su único trabajo completo, no podía simplemente esconderlo, ¿pero que podía hacer con él? Pensó publicarlo en alguna parte, pero no conocía ningún lugar.

Abrió rápidamente el internet y busco. Facebook, no, mala idea, cualquiera podría leerlo ahí, y eso era exactamente lo que no quería.

Se levantó de su silla y miró por la ventana, a pocas casas de la suya vivía aquella mujer que lo había inspirado a escribir cada una de esas páginas, pero ella no debería de leer ninguna de esas palabras, podría destruir su vida.

Volteó hacía la computadora, ahí mismo estaban las hojas. Corrió y las agarró, como si haberlas dejado esos pocos minutos en su escritorio podía hacer que alguien más las leyera.  

Se volvió a sentar, pasando las hojas de cuaderno donde su letra sucia relataba aquella historia de como un chico se enamoraba de una chica que no lo quería, y que con el tiempo se convertían en amigos, pero sin que ella sintiera algo especial por él.

No podía negar que la historia estaba basada en casi todo lo que le había pasado a él. El final del cuento era lo que el deseaba, un final perfecto para aquella relación. O tal vez no. Pensó durante un tiempo, tal vez las cosas no serían tan perfectas como decía su cuento.

Leyó las últimas tres páginas, y se dio cuenta de que el final no era tan bueno como había esperado, era un final demasiado feliz y perfecto, y de alguna manera hacía parecer que ni siquiera valía la pena escribir la historia, porque todos podían imaginárselo. Tenía que cambiarlo.

Abrió de nuevo el archivo donde tenía el cuento en su computadora y empezó a teclear. Las ideas fluyeron solas, no tenía en realidad el final en mente pero conforme desarrolló esos últimos momentos donde la historia empezaba a morir un final diferente se le ocurrió.

Volvió a leer el cuento completo, ahora parecía una historia diferente. El final le daba ese toque especial que no se había dado cuenta que le hacía falta.

Miró el reloj, eran las 4 de la mañana, no faltaba mucho para que empezara a amanecer.  Pero el cuento seguía ahí, esperándolo a que hiciera algo más con él.

Ahora que la historia era diferente tal vez ya no importaría tanto que alguien más la leyera, de cualquier manera las cosas se escriben para ser leídas.

En ese momento volvió a imaginar a sus amigos leyendo la historia; los veía a todos burlándose de la historia tan mediocre que había escrito. Luego la imaginó a ella leyendo y preguntándole si era una historia de verdad, o peor aún, que a pesar del cambio supiera que se trataba de ella.

Cerró el documento y apago la computadora. No podía seguir viendo eso. Se tiró a la cama, pero no durmió, no podía ni quería hacerlo. Ese cuento seguía dándole vuelta en la cabeza. Tal vez hubiera sido mejor idea destruirlo desde un principio y dejar de preocuparse por él.

Se volteó y miró al techo, ¿por qué había empezado a escribirlo? Recordó que la había visto en la escuela, pero era diferente, ese día tenía pensado decirle que le gustaba. Pero no pudo, algo lo detuvo, miedo. Miedo a que lo rechazara. Llego a su casa enojado consigo mismo por no poder haberle dicho una cosa como esa, y por eso se había puesto a escribir, para que su personaje si pudiera hacerlo, para que la persona en esa historia fuera capaz de tener todo el orgullo que él no tenía.  Y para que esa chica del cuento no lo rechazara y se fuera con él. O por lo menos en la versión original, porque después del cambio que le hizo las cosas terminaban de una manera diferente.

Se volvió a levantar y vio las hojas una vez más. Tal vez lo mejor era darle la historia a ella, podría ser su forma de decirle que le gustaba. Pero la simple idea de verla leyendo eso lo hizo ponerse rojo.

Tiro las hojas por la habitación, y volvió a mirar por la ventana. ¿Por qué era tan difícil? Sólo tenía que ir con ella y decirle que le gustaba, ¿por qué su personaje era capaz de hacerlo y no él?

Volvió a mirar las hojas. Las recogió una por una y las volvió a acomodar en el escritorio. Prendió la computadora y releyó la historia que tenía ahí, tal vez lo mejor sería publicarlo, no para que ella lo leyera, simplemente para desahogar toda la tensión que había provocado en él.

Entró a su cuenta y abrió la sección de notas. Era tan fácil, solo copiar y pegar, y cada una de las 4,087 palabras se copiaría de una manera casi instantánea, y entonces al momento de presionar el botón de publicar ya no sería su problema.

Antes de presionar el botón dudó, tal vez no era la mejor opción, ¿qué fin tenía que la gente leyera aquella historia? ¿Por qué tenía que decirle a todos esos “amigos” lo que en realidad sentía? No tenía ningún caso. Cerró la página, esa gente no tenía por qué enterarse de lo que sentía, mucho menos que les importara.

Volvió a acostarse, pero otra vez no pudo dormir, el cuento seguía en su cabeza, los diálogos, los momentos, aquellos dos personajes que intentaron estar juntos pero no pudieron. ¿Sería su historia así si se lo decía? Tal vez, pero de cierta manera sus personajes habían terminado bien, tal vez no volverían a ser amigos, pero se podrían saludar en la calle; no era tan malo ese final, incluso para su propia historia.

Abrió una vez más la página de internet y pegó la historia, después de todo era simplemente una historia, un cuento, no era una declaración de sus sentimientos. Y si las personas llegaban a pensarlo ¿qué importaba? No tenía por qué preocuparse por eso.

Esta vez no dudó y presiono el botón. En un instante el editor de texto se había convertido en una página donde estaba cada palabra de su cuento, y donde en tan poco tiempo cualquiera podría leerlo.

En ese momento entro presa del pánico. ¡¿Cómo se había atrevido a hacer algo así?! ¿En qué momento se había convencido a si mismo de que esa era una buena idea? No lo era, era una pésima idea, no tenía por qué hacerlo, esa gente no tenía por qué importarles lo que el sentía, y el mucho menos tenía que decirlo. Probablemente al día siguiente todos se estarían riendo de su cuento, burlándose de él y de sus sentimientos escondidos por su amiga.

Buscó una forma de eliminar aquella página, quería desaparecerla que nadie la viera nunca, que fuera un cuento sólo para él, que nadie más tuviera acceso a sus sentimientos.

En ese momento un comentario apareció en la página “¡Vaya! Buena historia. Sigue escribiendo”. ¿Era posible? No era burla, no era crítica, le habían dicho que su historia era buena. A los pocos segundos recibió otro comentario “Que buena manera de empezar el día, nada como leer un buen cuento”.

¿Empezar el día? Miró el reloj, eran las 6 30 de la mañana, en menos de una hora tenía que estar en clase.

Vio la página donde estaba su cuento, después de ese otros comentarios empezaron a aparecer, pero no los leyó, apagó la computadora y dejó los papeles en el escritorio. Se tiró en la cama y durmió poco antes de ir a la escuela.

Se sentía bien, en ese momento las ideas que tenía en contra de publicar aquel cuento le parecieron ridículas, escribir era una buena manera para desahogarse.

Ese día sería muy diferente a los demás.

viernes, 27 de enero de 2012

Cosas ciertas, y no tan ciertas


Hoy ha sido un día raro, realmente no se porque.

Empezó bien, luego se puso mal, luego otra vez bien y así durante mucho tiempo hasta que llego el momento en el que inevitablemente me pondría a pensar y terminaría escribiendo aquí. 

Estoy seguro que princesachampi se enojará sí llega a leer esta entrada y sabe que no estoy trabajando en lo que me pidió, pero por el bien de los niños es mejor que primero escriba algo aquí antes de escribir alguna otra cosa.

Saben a veces pienso que la gente no te da el tiempo necesario para conocerte, siempre terminan juzgándote o no se, alejándose antes de tiempo, tomando decisiones que en otro momento no habrían tomado. Pero hasta cierto punto esta bien, quien sabe de cuantas cosas me he salvado o he perdido por las decisiones de otras personas.

¿Nunca se han puesto a pensar, que hubiera pasado sí...? A veces conocemos a las personas en el momento menos indicado, haberlas conocido una semana antes, un mes antes, o incluso un mes después podría hacer que las cosas hubieran sido diferentes. Muchas veces hay personas que debiste de haber conocido antes, otras después, a lo mejor en el momento en el que estuvieras listo para estar con esa persona, suele pasar que no estamos listos para estar con ciertas personas.

A veces esperar no es suficiente. En algunos momentos estas harto de esperar y lo que quieres es que las cosas pasen ¿por qué a los demás si les pasan y a mi no? Supongo que muchos nos hemos hecho esas preguntas. ¿La respuesta? Simple, porque así pasa. En algún momento te va a pasar a ti, no te preocupes, y en ese momento las otras personas dirán ¿por qué a él le pasa eso y no a mí? 

Tampoco es que se vaya a acabar el mundo por no estar con alguna persona, a veces incluso es hasta mejor, me refiero a relaciones, claro que no puedes vivir solo. Conozco muchas personas que han pasado toda su vida solteros y no se arrepienten porque eso era realmente lo que querían. No te preocupes, si las cosas van así es por algo, uno nunca sabe.

Sé que esperan quizás una entrada con un humor un poco más agrio como la pasada, pero creo que tendrá que pasar un poco más de tiempo para que pueda escribir algo así, aunque debo de admitir que lo disfrute, nada como burlarse de las situaciones de la vida de esa manera.

Últimamente he pensado en tantas cosas que hasta me da flojera, cosas que realmente no valen la pena pero aun así me quitan tiempo pensando en ellas.

No quiero escribir sobre corazones rotos, no quiero escribir sobre personas que hacen cosas malas, creo que solo quiero escribir para sentir que estoy haciendo algo productivo.

El otro día estaba escribiendo sobre la indiferencia. Todos sabemos que es la indiferencia, incluso muchos de nosotros la hemos aplicado en algún momento.

Quiero hacer un pequeño paréntesis aquí. Cuando la gente dice cosas como "lo voy a ignorar" o "¿me estas ignorando?" en realidad se están refiriendo a indiferencia no a ignorancia. ¿Por qué? Bueno la indiferencia es no tener sentimientos hacía una persona, ni buenos ni malos; mientras que ignorancia es el simple desconocimiento de algo, es decir, que no sabes que algo o alguien existe. 

Sobre la indiferencia puedo decirles que, aplicada en la cantidad indicada, es un método infalible para hacer que una persona te extrañe y quiera estar contigo. ¿Por qué?

Bueno simple; a las personas les gusta sentirse queridas; si tu haces que una persona empiece a sentir que la quieres le estarás dando lo que quiere, por aquí todo bien. Cuando uno empieza a tratarlos de una manera indiferente la otra persona empieza a querer esa atención que antes tenía pero por alguna extraña razón perdió. Es entonces cuando empieza a obsesionarse con la idea de que la otra persona cambió y quiere regresar a lo que era antes.

La indiferencia funciona porque a las personas les gusta sentirse necesitadas y queridas; cuando una persona que llego a ser especial para ti deja de ponerte la atención que antes te ponía, en ese momento empiezas a necesitar que las cosas vuelvan a la normalidad.

Créanme, por experiencia personal no hay nada que duela más que la indiferencia de una persona que en realidad quiere. Funciona tan bien que a veces hasta me asusta.

El secreto de usar la indiferencia es saber cuando se esta aplicando demasiada y cuando muy poca; y recuerden que no sirve con gente de la que no te has ganado su confianza, incluso en otras ocasiones se tiene que entrar más en la relación para que realmente la indiferencia tenga su efecto.

Volviendo un poco al tema de la entrada anterior, la mejor forma de demostrarle a una persona que has dejado de quererla es siendo indiferente a su presencia. Pasa un día sin contestar mensajes o llamadas a una persona y veras como se ponen las cosas. Las personas solemos ser muy fatalistas cuando sentimos que estamos perdiendo a alguien, y más si pasa todo un día sin contestar y sabes que no lo hace porque no quiere. 

¿Nunca les he platicado de como pasan las cosas en mi vida?

Cuando yo estoy en una relación suelo ser muy intenso, y no se porque muchas veces me pongo a pensar demasiado en las cosas; tengo la teoría de que las cosas que las cosas que se dicen o se hacen no son simplemente porque sí, siempre tienen algo oculto; por lo que siempre trato de analizar las cosas. Esto me ayuda a formarme una imagen, a veces correcta y a veces errónea, de lo que esta sucediendo a mí alrededor.

La mayoría de las veces realmente se lo que esta pasando, sé que me están lastimando, o se los planes que tiene la otra persona para conmigo, pero aun así no me importa y dejo que las cosas sigan su rumbo, por el simple hecho de que estoy bien, aunque sé que probablemente las cosas terminen mal, tanto de mi parte o la de ella, sigo con las cosas como son.

Esperen, ¿que estoy haciendo? Empecé a hablar de la indiferencia, luego seguí con lo que me pasa en las relaciones, ¿qué estoy intentando?

No se, simplemente las cosas han pasado demasiado rápido. Aunque debo de admitir que las cosas que me han pasado últimamente son meramente mi culpa, yo me las he buscado y yo he dejado que pasaran, pero bueno no entraremos en detalles, sé que hace muchos años solía entrar en detalles pero las cosas cambian con el tiempo.

Bueno simplemente, hay veces que uno se siente como que en un inter extraño de su vida, esperando a que algo bueno suceda pero conforme pasa el tiempo te das cuenta de que si quieres que algo bueno pase tienes que hacerlo tu mismo, ¡por favor! las cosas no van a llegar solas de repente, tienes que salir, buscar, conocer personas.

Simplemente quiero que pase algo interesante, que mañana conozca a la chava que se pueda convertir en mi novia. O que conozca un lugar mágico que jamás había imaginado y pase horas en él descubriendo una inspiración que nunca había conocido. Pero supongo que esas cosas nunca existieron, ¡malditas películas!

Sé que mis entradas suelen ser más concisas, de hecho no creo que de muchas ganas de leer este tipo de entradas, pero de vez en cuando tengo que hacer estas cosas para recordar que este blog es meramente una terapia, algo que empecé para desestresarme y en el que descubrí un gran escape de las cosas que me agobiaban, que bueno no puede ser mucho la verdad, no me quejo.

Todas estas cosas de las relaciones son tan complicadas, a veces hasta siento envidia de las personas que están con alguien. ¿Cómo lo hacen parecer tan fácil? ¿Por qué ellos consiguen a alguien? Digo no es que no haya tenido novia, si he tenido; sólo que estos últimos años las cosas no han salido como mi yo romántico hubiera querido. Cuando sé que dos personas están empezando una relación me imagino muchas cosas, ese es uno de los momentos más bonitos de estar con una persona, porque es el momento en el que crees que realmente estas enamorado; en el que esa persona se convirtió en alguien tan especial para ti que eres capaz de darle tu tiempo, tu libertad, un espacio en tu vida para que lo llene, sabiendo que en cualquier momento se puede ir y tal vez lastimarte.

Es curioso, pero se siente bonito, o por lo menos algo así recuerdo, como que el momento en el que la otra persona va adquiriendo importancia en tu vida, las primeras sonrisas cuando vez a la otra persona, o te llama, o te manda un mensaje; esas cosas son lindas, son las que hacen que valga la pena estar con otra persona.

Ese tiempo en el que empiezan a salir solos, en el que ir al cine ya significa algo más, ir juntos a alguna fiesta. No se, todas esas cosas.

Después viene el momento en el que se confiesan que se gustan, a veces con palabras, a veces sin ellas. Yo en mi opinión personal prefiero la segunda, la mejor forma de decirle a alguien que te gusta es demostrárselo no solo decirlo.

Y ya el resto es historia, si las cosas salen bien esa persona se puede convertir en aquella que te haga feliz, tal vez por tres meses, un año, dos años, o quien sabe cuanto tiempo. Incluso puede que tengas la mínima posibilidad de que sea el amor de tu vida; pero no nos vayamos tan lejos todavía.

Bueno cosas cursis ¿no? Todos tenemos algún momento cursi, yo toda mi vida lo he sido, aunque últimamente lo he perdido un poco, lógicamente no va a desaparecer por completo, todavía sigue apareciendo una parte cursi de mi de vez en cuando.

Supongo que esta entrada perdió su sentido pero aun así la publicare. Puntos importantes para pensar:
  • La indiferencia puede hacer enloquecer a las personas
  • El inicio de una relación siempre es bonito, si no lo es entonces no puedes llamarle relación
  • El exceso de cursilería puede matar cualquier cosa
  • Sigue habiendo muchas cosas de que quejarse
Muchas gracias por leerme, en verano de este 2012 el blog cumple sus 5 años que nunca hubieran existido de no haber sido por todos los lectores que se han pasado por aquí, algunos de paso otros que incluso tienen el descaro de volver en algún momento. Gracias.

Nos leemos próximamente con algún tema interesante, o probablemente algún cuento, dejen los termino.

Saludos y hasta luego.