martes, 27 de diciembre de 2011

Blockbuster


La conocí en esos días entre navidad y año nuevo, ustedes saben esa semana perdida en la que estás de vacaciones, pero no festejas nada,  aun así sigues saliendo con tus amigos que no veías de hace mucho, comes recalentado de la cena de navidad y planeas que es lo que piensas hacer el 31 de Diciembre.
Durante mucho tiempo esperé a que mi próxima novia apareciera de una manera mágica y digna de una película. No se, en algún café pidiendo la misma bebida, sonriéndonos y sintiendo el flechazo; a lo mejor en un parque, mientras ella lee un libro, yo me acerco le pregunto por él y nos ponemos a hablar y discutir sobre nuestros autores favoritos encontrando una química que, hasta ese momento, no habíamos imaginado jamás; pero mi favorita de todas era la de una boda aburrida a la que los dos teníamos que ir más por compromiso que por otra cosa, yo sentado en una mesa encontrándome con sus tiernos ojos al otro lado del salón de fiestas, una sonrisa de dientes perfectos, música romántica de fondo, preguntarle su nombre, sacarla a bailar y después escaparnos y juntos descubrir un lugar mágico en la ciudad que fuera testigo de nuestro primer beso.
Sé que es lo qué han de pensar en este momento ¡que cursi! Pero eso es lo que sucede cuando uno crece en un mundo donde el encuentro con el amor de tu vida esta tan sobrevalorado por música, película y libros.
Como podrán imaginar con el paso del tiempo estas ideas fueron desapareciendo y decepción tras decepción me di cuenta de que uno no encuentra al amor de su vida, uno no busca a esa persona especial, uno simplemente es uno mismo y si tiene la suerte suficiente encontrara una persona que lo hace feliz.
Pero bueno volviendo a esos días en el que sabes que el año se esta muriendo y buscas desesperadamente algo interesante que hacer.  Era un jueves, que a mi parecer es uno de los días menos interesantes de la semana, no es un lunes por lo que la gente no lo odia, no es un miércoles así que la gente  no lo toma como su día de juntarse, tampoco es un viernes o un sábado que son días de fiesta, y mucho menos un domingo para descansar, entre el martes y el jueves se llevan el título del día menos interesante de la semana.
Ese jueves me había despertado temprano, más temprano que de costumbre. Hacía frío, o por lo menos eso parecía, encerrado en mi casa con la calefacción prendida no sentía nada de frío. Mis roomies no estaban en la ciudad, para esas fechas las personas regresan con sus familias a pasar el tiempo, claro que la mía como podrán imaginar no estaban en esas condiciones, mis padres habían tomado unas vacaciones que según ellos habían necesitado desde hace mucho, aprovechando que mi hermano pasaría navidad con la familia de su prometida, así que había pasado mi primera navidad solo, y  había decidido quedarme en donde estaba y no ir a mi ciudad.
No tenía que ir a la escuela, eran vacaciones, y aunque me había prometido meterme a trabajar la flojera le gano a la voluntad por lo que esas vacaciones me había dedicado a ver películas y series de televisión, además de salir en las noches con algunos de mis amigos.
Como ya había mencionado antes era jueves, por lo que ese día no tenía nada planeado, quería ver una película y como ese día mis padres me habían mandado depositar un poco de dinero a mi cuenta decidí darme el lujo de rentar una película en algún Blockbuster.
Y es aquí donde empieza la magia, perdonen si a veces exagero las cosas pero tienen que entender que así es uno cuando esta enamorado y no se puede evitar.
Llegué al Blockbuster, no había ninguno cerca de mi casa por lo que tuve que manejar un poco, pero lo suficiente como para que el carro se calentara y pudiera encender la calefacción así que por lo menos no sufrí mucho de frío.
Como siempre dure horas viendo todas las películas, quería ver tantas que sabía que una sola noche no me alcanzaría. Tenía pensado rentar tres películas pero una vez ahí recordé que generalmente para la segunda película me estoy muriendo de sueño, por lo que no tenía caso rentar más de dos. Tenía que elegir muy seriamente entre dos películas para ver ese día.
La primera película ya la tenía casi elegida Scott Pilgrim vs the World, esa ya estaba decidida desde que había llegado, pero la segunda estaba entre Our Idiot Brother o 500 Days of Summer. La primera me la habían recomendado mucho,  y la segunda era una película muy buena que ya había visto antes. Cuando estaba por decidirme fue cuando la vi por primera vez. Ella estaba apunto de agarrar la película de Definetly Maybe, una comedia romántica al estilo de otras que había visto, me miro y en ese momento me puse nervioso, tenía unos ojos diferentes, cafés como los de todas las personas pero era imposible no verlos, piel blanca y cuando me vio que la estaba viendo vi la sonrisa más hermosa que he visto en toda mi vida.
Se me había olvidado que ya estaba apunto de agarrar la película cuando me quede viendo y sin darme cuenta tire la película al piso, ella se rio de mi y se volteó. Me sentí muy ridículo, ¿Por qué me había puesto nervioso? Era solo una chica, nada importante.
Me agaché para recoger la película y busque con la mirada a aquella chica. El local no era tan grande y la encontré en el área de películas de drama. Me acerque, fingiendo ver las películas de aquellos anaqueles, ahora que lo pienso debí de haber sido muy obvio porque cuando me acerque ella se rio y se movió a otro pasillo.
Ya tenía dos películas y ya me podía ir pero había algo que me hacía estar ahí todavía, el simple hecho de poder ver a aquella chica me podía mantener ahí, de todas maneras no tenía nada más importante que hacer. 
Era alta, o más bien para la estatura normal de las mujeres ella era más alta que lo normal. Pude ver pecas, no muchas pero si las suficientes como para no confundirlas con lunares, todo lo demás en cualquier otra persona pudo no haberme llamado la atención, pero en ella parecía como si fuera perfecto y no podía imaginarla de otra manera.
Volví a cambiarme de pasillo, comedia y acción, odiaba esa parte, siempre estaba llena de gente que pensaban que la mejor película del mundo era Hang Over o cualquier película de ese estilo, por ellos el cine comercial seguía vendiendo, tengo que aceptar que si ella hubiera agarrado cualquier película de esa sección me habría ido inmediatamente a rentar las películas  y a mi casa, pero se paso de largo al siguiente pasillo.
Cine arte, nunca fui muy amante de esas películas, siempre pensé que solo la veían dos tipos de personas, aquellos que querían verse interesantes y veían esas películas para en algún momento de su conversación en la que según ellos se ven diferentes puedan decir “Pienso que la película de The Clockwork Orange es buena, me encanta el trabajo de Kubrik pero nada como David Lynch y su película Mullholand Dr, en ese filme plasma realmente lo que es el cine” y que según ellos eso los hace verse intelectuales; el otro tipo de personas que las ven son realmente los que les gusta el cine y no tienen la necesidad de andar presumiendo ni diciendo nada de eso.
Se paró a ver películas ahí, ya tenía una en la mano pero parecía tener el mismo dilema que yo sobre cual sería esa segunda película que muy probablemente no vería y que se quedaría dormida antes de la mitad.
Seguía viéndola, tratando de disimular un poco para no parecer un acosador, pero la verdad es que estaba cautivado con ella, era por mucho la chava más bonita que había conocido en mucho tiempo, digan lo que quieran sobre el amor a primera vista y ese tipo de cosas pero sentí algo cuando la vi.
Una niña pasó corriendo cerca de mí que por tratar de esquivarme tiró unas películas. La mamá le gritó por su nombre y la niña empezó a llorar por el golpe. Le di la mano a la niña para levantarla y ayude a la mamá a recoger las películas que estaban en el piso. Cuando termine voltee hacía el pasillo de cine arte pero la chica ya no estaba ahí. La busque en el local pero no la encontré en ninguno de los pasillos de las películas, cuando mire la fila para rentar ella estaba ahí, formada con una sola película en la mano.
Me apresuré para poder estar parado detrás de ella. Volteo a verme y me sonrió pero después me volvió a dar la espalda. Quería decirle algo pero no podía, era imposible, ninguna palabra saldría de mi boca en ese momento, pensé en todas las frases que podía decir pero nunca fui bueno para eso de conseguirse a un chica de manera espontanea, yo siempre fui más a la larga.
Cuando tocó su turno se acercó y le dió la película al joven que atendía.
-Buenas noches-le dijo él.
-Buenas noches.-dijo ella, con una voz suave, y muy tierna.- Oye la cuenta esta a nombre de mi hermana, pero ¿puedo rentar las películas así?
-Claro, sólo dime tu nombre y una identificación.
-Sí, me llamo Cristina Corona Rivera. –Dijo mientras sacaba su cartera.-Oye y no puedes checar si esta la película de Scott Pilgrim contra el mundo. ¿Por favor?
En ese momento deje de respirar, juro que por un momento deje de respirar, ¿era cierto que aquella chica estaba pidiendo mi película favorita? 
-Sí claro.-dijo el que atendía agarrando la credencial que le había dado. Después tecleo unas cosas en la computadora.- Sí, todavía queda una.
-La busque, pero no esta.
-Entonces algún otro cliente la tiene señorita, lo siento.
¿Era posible? Esa chica había pedido mi película favorita para rentar y yo tenía la última que tenían en el Blockbuster. En ese momento me armé de valor y decidí decir algo.
-Toma- dije mientras le extendía la película.- Yo ya la vi muchas veces, no pasa nada si no la veo hoy.
La chica me miro extrañada, sin estar segura de si en realidad le hablaba a ella.
-¿Cómo?
-Sí, yo ya vi la película muchas veces, nunca me canso de ella, pero si quieres verla toma, yo puedo rentarla otro día.
Me sonrió y agarro la película.
-Gracias-dijo mientras se la daba al joven.
Pagó su renta y me sonrió. Después salió del local, pero me sonrió antes de salir.
Cuando llegue a la caja el chico se dio cuenta de que había dejado su credencial.
-Se me olvido dársela.
Pague rápido la renta y salí rápido del local para alcanzarla.
-¡Cristina! –dije mientras ella estaba por subirse a su carro.
-¿Si?-dijo ella un tanto extrañada.
-Perdón, se te olvido tu credencial adentro, aquí esta. –Le dije mientras se la daba.- Que bien sales en la foto.
-¡Claro que no! Salgo horrible.-dijo mientras se reía y agarraba la credencial.- Nunca me ha gustado como salgo en estas cosas, siempre trato de evitar las fotos de credenciales porque son mi perdición. –dijo riéndose un poco y mirando la foto de la identificación.
-No, claro que no. A las mujeres les encanta quejarse de eso nomás para que les digan que es mentira y que salen muy bien en la foto.
-¿Crees que yo lo hago por eso? Es en serio, no salgo bien en las fotos.-dijo mientras guardaba la credencial en su cartera.- Oye muchas gracias por darme la película, me gusta mucho y desde hace rato que quería volver a verla.
-Claro, es mi película favorita así que te entiendo, la he visto muchas veces.
-¿Te gusta?
-¡Claro! ¡Me encanta! Sé que esta basada en un juego y en una historieta pero no yo me quedo con la película.
-No he visto ninguno de los dos, pero la película es muy buena.
-Bueno, entonces disfruta la película Cristina.
-Gracias..¿cómo te llamas?
-Raúl, mucho gusto.-dije sonriéndole un poco.
-Gracias Raúl.
Camine hacía mi carro, y escuche como cerraba la puerta del suyo, no es muy común que yo haga ese tipo de cosas pero a ella realmente la quería conocer mejor, así que corrí a su carro y le toque a la ventana.
-¿Qué pasa Raúl?-dijo ella sonriéndome.
-Oye sé que en realidad apenas sabes como me llamo, y que es muy probable que me digas que no pero, ¿te gustaría ir por un café o algo un día? Te juro que no soy un violador ni un secuestrador, solo quiero conocerte.
-¿Quieres conocerme?-dijo ella mirándome con una sonrisa.
-Sí, sé que es raro pero…
-No te preocupes Raúl, yo también quiero conocerte, y claro que sí quiero, y espero que me estés diciendo la verdad con eso de que no eres un violador.
-No te preocupes, ni un solo delito en toda mi vida.
-Prefecto, entonces aquí esta mi número.-dijo mientras lo anotaba en un papel.
Se fue y me dejo con una gran sonrisa en la cara, era la primera vez que le pedía el número a una chica, y había funcionado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

exelente, eres uno de mis autores faboritos! :)

Sofia Baquedano dijo...

Me encanto...

Arthur dijo...

Vieentos hermano,

Porqué a mi no me pasan esas cosas?? :'(