-Dos cafés,
uno de vainilla y el otro así solo, gracias.- El mesero tomó la orden y nos dejó
solos.
-¿Entonces?
-¿Entonces qué?
Ya sabes todo lo demás, se acabó el día y para la mañana siguiente no era más
que una más en la lista.
-Pero entonces
si pasó algo.
-Sí, pero eso
no cuenta, fue como que algo que nomás pasó y no va a volver a pasar.
-Pero se quedó
en tu casa.
-¿Y eso qué?
Por favor no significa nada.
El lugar
estaba un poco lleno, las voces de las otras conversaciones eran un buen fondo
ambiental, junto con la canción que habían puesto. Afuera hacía frío, ese
invierno en especial había sido más frío que los demás, pero la gente estaba
acostumbrada a las bajas temperaturas por lo que no estábamos sufriendo mucho.
-¿Y qué
piensas hacer?
-Nada, seguir
adelante, dejar de darle vueltas al asunto y dejarla ir. No puedo quedarme
estancado con alguien que se porta así.
-Te gusta.
-¿Qué?
-Te gusta, y
mucho, solo que no quieres aceptarlo.
-Vamos, solo
fue algo de una noche, curiosidad, puedes decir que solo fui un capricho para
ella. Además, te tengo a ti. ¿Qué más puedo pedir?- le sonreí y los dos nos
empezamos a reír.
El mesero nos sirvió
los cafés y ella se levantó a preparar el suyo. Empecé a tomar del mío cuando
vi que había dejado su celular en la mesa. Por azares del destino en ese
momento le llego un mensaje. “Rodolfo te ha enviado un mensaje”. Lo mire y no
pude evitar sentir un poco de celos, llevaba menos de un mes conociéndolo y ya
se llevaban como si se conocieran de hace mucho, pero no me podía quejar de
alguna manera así comenzó lo nuestro.
-Te vuelve a
buscar tu tipo ese.-le dije cuando se volvió a sentar.
-Llevaba toda
la semana sin saber de él.
-Es martes.
-Bueno pero
llevaba mucho sin saber que había sido de él.-Agarró el celular y empezó a leer
el mensaje.-Me invitó a cenar.
-¿Irás?
-Claro, ¿porque
no?-dijo mientras empezaba a contestar el mensaje. No pude evitar hacer un
sonido, me molestaba la idea de que ella saliera con él.- ¿Te molesta?
-No, es solo
que…
-Es solo
¿qué?-dijo mientras empezaba a sonreír.- No te estarás empezando a poner celoso
¿o sí?
-Un poco.
-¡Jorge! No
salgas con eso, desde que empezamos dijimos que nada de celos.
-Pues ¿Qué quieres
que haga? Es inevitable.
-¡Ah sí! Pero tú
sales con la tipa esa y se queda a dormir en tu casa y yo no puedo decir nada.
-Ya, ya relájate.
Sólo te llevas tan bien con él. Así nos llevábamos tú y yo.
-Llevábamos.
-¿Por qué no
podemos seguir siendo así?
-Porque ya
pasó.
-No pasó.
-Bueno, ya
pasamos esa etapa, ahora sólo.
-Ahora sólo
somos el plato de segunda mesa del otro.
-No lo digas
así, suena…suena feo.
-Pero así es
¿no?
-No
exactamente, hay muchas veces que salimos juntos.
-Sí pero de
qué sirve si al día siguiente sales con este tipo.
-Y tú con
cualquier chava que te haga ojos bonitos en la escuela.
-¡Ay, ay! Ni
que fuera un mujeriego o algo así.
-No lo eres,
pero bien que intentas.
-Claro que no,
solo me llevo muy bien con las personas.
-Ya como
quieras.
Tomé de mi
café, ella estaba un poco molesta tenía la mirada perdida en la ventana, sabía
que ese “Ya como quieras” en realidad significaba mucho más, pero no quería
decirlo.
-No es para
tanto, ve con él y pásatela bien.
-Ya no voy a
salir con él.
-¿Por qué?
-Porque te
molesta, no quiero hacer cosas que te molestan.
-¿En serio? ¿Y
desde cuando piensas tanto en mí?
-Desde que
empezamos esto, sino recuerdas.
-¿Qué empezamos?
Nunca empezamos nada, las cosas solo se dieron y ya.
-Pero se
dieron bien.
-Sí, pero eso
no significa nada.
-Claro que sí,
significa que hay algo.
-Pero no
estamos dispuestos a estar juntos.
-¿Ah no?
La miré, ahora
si me miraba a los ojos, había algo diferente en su mirada, sus ojos brillaban
como si estuvieran a punto de llorar. Llevábamos varios meses saliendo, y las
cosas sólo se habían dado, no estábamos seguros de si podíamos estar juntos
pero aun así lo habíamos intentado.
-¿Qué quiere
decir eso?
-Nada, es sólo
que, a veces me gustaría estar contigo bien.
-Pero estamos
bien.
-No ese tipo
de bien. Me refiero a estar. Despertar y saber que en tu casa tú despiertas y
piensas en mí así como yo en ti. Ir a la escuela sabiendo que si estas sentado
en una mesa haciendo tarea puedo llegar, abrazarte y darte un beso sin que nos
vea alguna de las chavas que te gustan. Poder ir juntos a cualquier parte,
salir como dos personas que están juntos. Quedarme en tu casa a ver películas y
poder quedarme a dormir.
-¡Vaya! Eso
que dices suena tan…tan…tan cursi Daniela, por favor.
-Yo sé que es
cursi, pero a veces me gustaría.
-¿Para qué? ¿Para
que puedas ponerlo en Facebook y que tus amigas le pongan “me gusta” y te
pongan cosas como “Se ven bien lindos juntos”, “que padre amiga” o esas cosas
tontas que se ponen? ¿Para que puedas decir frases que incluyan “Mi novio”? No
Daniela, por favor no hay que poner etiquetas o formalizar nada.
-No estoy
diciendo que le pongamos etiquetas, solo compromiso.
-¿Compromiso?
Por favor has salido con cinco tipos diferentes en lo que llevamos saliendo, y
esos son los que me he enterado.
-¿Y tú?
-¿Yo que? La
chava de ayer fue una, y antes de ella no hubo otra. Rechacé dos veces a la
chava que más me gustaba todo porque estaba contigo. Le dejé de hablar a mi ex
novia porque ya estaba contigo. ¿Quieres algo más?
Soltó una
pequeña lágrima que rápidamente se limpió con la manga de su chamarra.
-Quiero estar
contigo.
-Eso ya lo
tienes.
-No entiendes,
quiero estar contigo.
-Si entiendo,
pero es algo que no estamos listos para hacer.
-¿Por qué no?
-No sé,
simplemente no estamos listos.
Le agarre la
mano y le sonreí, ella sujeto mi mano fuerte y también sonrió.
-Se me enfrió
el café.-Dijo riéndose un poco.
-A mí también.-levanté
la mano para pedir la cuenta.-Vámonos.
-¿Qué vamos a
hacer?
-Supongo que
estar juntos, ¿no?
3 comentarios:
Me gusto bastante.... Eres muy bueno =D
Buena historia para una tarde fría.
Muy bueno, la mejor lectura antes de dormir.
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