sábado, 17 de diciembre de 2011

Llovía


Llovía, sí estoy seguro que llovía.

-¿Por qué me dices eso?

-Porque es importante que lo sepas, puedes terminar lastimado.

Tal vez no llovía, pero si era de noche.

Caminé hacia ella, traté de agarrarle la mano y se rio.

-¿De qué te ríes?

-De nada importante.-Sonrió y me dio un beso.

Ya recordé, era de noche, había llovido todo el día, las ventanas todavía tenían gotas de agua.

Odiaba que se portara así, como si nada hubiera pasado, como sí ese momento no fuera importante.

Se alejó y se sentó en un sillón, después soltó un suspiro.

-Hace rato que no limpias aquí ¿verdad?-Miraba con un poco de asco el sillón y después me sonrió.-¿Te acuerdas cuando vine por primera vez?

-Como olvidarlo.

-Esa noche estabas muy nervioso.

-Claro que lo estaba…

Se rio, me acerqué al sillón y me senté a su lado, ella se recostó en mis piernas.

Hacía frío, lo recuerdo porque el intermitente encendido y apagado de la calefacción era el único sonido de fondo.

-La verdad, yo no estaba muy segura de estar aquí.

-¿A qué te refieres?

-Sí, en ese momento no sabía muy bien si en realidad quería salir contigo.

-Pero terminaste aquí.

-Bueno de cierta manera sí, pero no estaba segura de si era lo correcto.

-Igual dijiste que me amabas.

-¡Oh no!, no lo hice.-Dijo ella levantándose y mirándome.

-Sí, lo hiciste, en este mismo sillón.

Ahora que recuerdo había música de fondo, a ella le encantaba poner música de fondo.

-Me acordaría de eso.

-Yo me acuerdo de eso, estábamos aquí sentados, te bese…

-No, yo te besé.

-¿Qué?

-Yo te besé,  tú nunca ibas a dar el primer paso. Yo tuve que acercarme a ti y casi darte el beso.

-Bueno, me besaste, después nos besamos, y cuando estábamos los dos acostados aquí dijiste que me 
amabas.

-¿Por qué habría dicho algo así?

-No lo se, ¿andabas peda?

-No.-dijo riéndose.

-¿Por qué estas tan segura?

-Porque…

-Porque…-dije esperando su respuesta.

-Porque no quería que la primera vez yo anduviera peda.

-Pero acabas de decir que no estabas segura de si querías conmigo.

-Bueno cambié de opinión.

-No puedes cambiar de opinión de algo del pasado.

Me miró, después levantó los hombros y se volvió a acostar en mis piernas.

-¿Será?-dije al cabo de un rato.

-¿Será qué?

-¿Será que enamore a la señorita Sofía?

-¿De que hablas?

-¡Vamos! Finges que no me quieres, te quitas cuando te voy a dar un beso, no me dejas agarrarte la mano, porque te gané.

-No es un concurso.

-No pero te gané.

-No puedes ganar nada si no estábamos concursando.

-Pero hice que te enamoraras, ¡hice que Sofía Rivera se enamorara de mí!

-No hiciste nada.

-¿Estas segura?

Me miró, había cierto toque de odio, como si eso fuera para ella un insulto más que cualquier otra cosa.

-Y con eso, no solo hice que dependieras de mí, lastimé tu orgullo.

-¿Quieres dejar de creer que lo sabes todo?

-¿No es así?

Se levantó, caminó a la ventana y… ¿estaba llorando? No recuerdo si estaba llorando. Miró por la ventana un rato, y después volteo.

-¿Qué quieres que te diga?

-La verdad nada, tu silencio habló mucho mejor de lo que tu has hecho en todo este tiempo.

Se mordió ligeramente un labio.

-Todo es temporal.

-Hay cosas que no lo son.

-¡Sí! ¡Lo son! ¡Todo en este mundo se acaba!

-¿Hasta lo que sientes?

-¡Quieres dejar de ser tan cursi! ¡Esas cosas del amor y todo eso! Son sólo fantasías, cosas que no existen pero que te hacen creer para que tengas la idea de que existe algo mejor.

No se en que momento empezó a gritar, mucho menos como terminé parado, me miró fijamente.

-¿Eso es lo que piensas? Que no vale la pena intentar algo.

-¿Para qué intentarlo? Se como va a terminar, así ha terminado todas las veces.

-¿A qué le tienes miedo?

-A que te alejes de mi, y que ya no te pueda tener.

-¿Y por eso prefieres perderme?

-No te estoy perdiendo.

-¿Estas segura?

Me miró, y por un momento vi en su mirada temor, o duda, o algo parecido a ese sentimiento en el que no quería perderme y quería estar conmigo.

-No quiero perderte.

Se acercó a mí, o tal vez yo me acerqué, el punto es que estaba en frente de ella.

-¿Entonces tenía razón? Le gane a la señorita Sofía Rivera.

-No te emociones tanto.

Dijo mientras me abrazaba y sonreía. La abracé.

No fue el mejor final de todos.


3 comentarios:

Francisco dijo...

-No lo se, ¿andabas peda? jejeje

Anónimo dijo...

Siempre con esa gota de suspenso.

Anónimo dijo...

la verdad es que esta linea:
-No lo se, ¿andabas peda?
rompe por un momento el tono de la historia, llega inesperadamente y sorprende, pero al mismo tiempo te muestra lo real de la situacion. Me agrado, mayormente porque me identifique muchisimo con la situacion. No se de donde sacaste esta, pero la idea y el sentimiento me agradaron. La manera de narrarlo me parece familiar, pero no logro identificar a quien le he leido algo similar, sin embargo es uno de los componentes que me agrado. Mostrarlo como un recuerdo, acordandose de los detalles de manera desinteresada, como no queriendo recordar, pero contandolo al mismo tiempo con el sentimiento que no se olvida.

Bueno, asi lo percibi. De cualquier manera, felicidades. Siga asi ;)